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Viernes 18 de Abril, 2025
 
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Patricia Bullrich se juega a todo o nada para gobernar el país e impulsar el Cambio

La candidata presidencial de JxC confía en una arremetida final de votos que le permita entrar en el balotaje y llegar a la Casa Rosada. En las elecciones también se arriesga el futuro de la coalición opositora, y se va a reordenar el tablero político

En Juntos por el Cambio hay mucha confianza, pero no certezas. Gran parte de la dirigencia política no sólo perdió la brújula para encontrarle el rumbo a sus campañas sino que también descubrió horrorizada que se habían roto las herramientas de medición que les permitían saber qué le pasaba a la gente. Lo descubrieron demasiado tarde: la gente estaba enojada. Con todos los políticos en general. Las PASO reflejaron ese fenómeno. 

 
¿Recuperará hoy sus votantes Juntos por el Cambio y captará incluso otros segmentos del electorado? La mayoría de las encuestas que circulan entre los referentes de la principal fuerza opositora registran una enorme paridad de Patricia Bullrich y Milei.  Y, para colmo, algunos de esos sondeos muestran un elevado número de indecisos pese la cercanía de las elecciones. En las PASO no fueron a votar más de 10 millones de personas, un 30% de los ciudadanos en condiciones de hacerlo. La tradición indica que la abstención se reduce en las elecciones generales. Pero nadie garantiza que la mayoría se incline por alguno de los postulantes.

 
Bullrich está segura de que finalmente encontró su mejor versión como candidata a partir del segundo debate presidencial, aunque eso sucedió hace sólo dos semanas. Se pasó una semana en estado de shock luego de las PASO por un segundo puesto detrás de Milei que no esperaba. Cuando reaccionó, encaró la campaña virtualmente sola. Se encerró con sus más leales y marginó al resto. Horacio Rodríguez Larreta fue sumado a la actividad proselitista 44 días después de las primarias. Mauricio Macri, quien tanto hizo para el triunfo de Bullrich en la interna, pudo compartir una recorrida con Bullrich al final de la campaña. 

La ex ministra de Seguridad se robusteció en la medida en que se acercó al estilo de Larreta de abrazarse a todo Juntos por el Cambio. Era lo que esperaba el electorado propio, luego de la feroz pelea interna.

Recién hace 8 días se produjo el anuncio de que Larreta será el jefe de Gabinete si Bullrich gana las elecciones. Y hace 6 días, la primera recorrida juntos de Bullrich y Macri en Pergamino y Junín. En el cierre de campaña, el jueves pasado, el escenario montado en Lomas de Zamora fue una postal casi perfecta de la unidad de Juntos por el Cambio. La candidata machacó con la idea de la fuerza que le darán 10 gobernadores, más de 500 intendentes y mayoría en ambas Cámaras del Congreso. Fue su forma de advertir que es lo que no tendrá Massa si gana las elecciones y mucho menos Milei.

Al mismo tiempo, se mostró recargada en su discurso: extremó su postura antikirchnerista para presentarse como la opción que garantizará una oposición implacable al oficialismo e incluso abandonó cierta prudencia al criticar al candidato de La Libertad Avanza (estrategia que sostuvo porque sus asesores le decían que cada ataque lo fortalecía) y pasó a la más dura ofensiva.

¿Le alcanzará a Bullrich su reperfilamiento para entrar al balotaje? Cerca de la candidata se entusiasman porque, según creen, "Patricia volvió a ser la de siempre". 

Bullrich se enfrenta a una instancia crucial de su carrera política, pero de su suerte no sólo depende el futuro de su figura: en lo que suceda en estas elecciones se juega el destino de Juntos por el Cambio. La coalición opositora se sostiene entre tensiones apenas disimuladas por sus diferencias acerca de un acuerdo o no con Milei si la candidata de JxC pierde las elecciones. La UCR y la Coalición Cívica no quieren saber nada con esa posibilidad. Los "halcones" del PRO no lo descartan para obturarle el paso a Massa y permitir que un eventual gobierno libertario haga las reformas necesarias. Aquí el dilema es hasta qué punto Milei impulsará cambios profundos si tiene como aliados a Luis Barrionuevo y sectores del PJ. Macri se entusiasmó con el "cambio de era" que representó el voto en las PASO. Mientras, el libertario hablaba con gremialistas peronistas y les aseguraba que no piensa en una reforma laboral ni en derogar la reelección indefinida de dirigentes eternizados en sus cargos.

En caso de un triunfo de Massa, todo JxC (o casi todo) se reagruparía para enfrentarlo. ¿Y si gana Milei? ¿Se mantendrá la buena sintonía que Macri tenía con el candidato de la motosierra? Quizá pesen sus últimos gestos en favor de Bullrich. Apurado por las necesidades electorales, Macri calificó a La Libertad Avanza como "una agrupación no madura, sin volumen, sin equipo, fácilmente infiltrable, que no puede garantizar ningún cambio". Sin embargo, el libertario aún no le contestó.

Bullrich confía en que este domingo recuperará gran parte de los casi 800.000 votos que perdió en Córdoba, Santa Fe y Mendoza en las PASO y que podrá agrandar la diferencia por una victoria de Jorge Macri en el distrito porteño. También espera que se imponga Néstor Grindetti ante Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires: en su entorno admiten será difícil ganarle a un kirchnerismo que puso todos sus recursos para revertir su retroceso ante Milei, aunque no descartan que el "efecto Insaurralde", más la dura crisis económica, ayuden a JxC.

La candidata presidencial votará este mediodía en la Rural, se recluirá luego en su oficina de la calle Hipólito Yrigoyen al 400 para seguir el desarrollo de los comicios con algunos de sus colaboradores y desde las 20 estará con los máximos dirigentes del espacio en el búnker de Parque Norte. Ya tiene preparados 3 discursos distintos para no improvisar ante los resultados posibles, pero se juega a todo o nada a dos escenarios: gobernar el país o contener la fractura de Juntos por el Cambio.