El Gobierno mandó a desalojar violentamente al Obispo Conejero y a un grupo de misioneros de una escuela de Rio Muerto
Una delegación encabezada por el Obispo Vicente Conejero y compuesto por 58 misioneros de la Diócesis de Formosa fueron desalojados violentamente de la EPEP N° 90 de Río Muerto mientras desarrollaban las actividades pastorales programadas, bajo amenaza de que si no se iban inmediatamente del lugar el director que le habia permitido el ingreso, iba a perder su trabajo.
La agresividad con la que fuimos echados de una institución pública no tiene explicación. No hay motivo que justifique tanta crueldad
Desde la Pastoral Misionera de la Diócesis de Formosa, explicaron que las actividades financiadas con recursos propios forman parte de nisiones pastorales que se viene desarrollando desde el 2018 en Lamadrid y desde el 2022 en Río Muerto.
También esplicaron que durante estos años utilizaron siempre los edificios escolares, porque "son los únicos que cuentan con la capacidad y comodidad para albergar las actividades que duran 6 dias y son muy importantes para la comunidad", y siempre fueron bien recibidos por los directores y la Delegación Zonal, y en esta oportunidad desde octubre ya comunicamos las actividades a la comunidad Nivaclé, a los directivos de la EPEP 90 y el personal policial de Río Muerto, por eso nos sorprende la violencia y lo sorpresivo de la forma en que nos desalojaron para impedir el desarrollo de la misión, remarcaron con pesar.
Viajamos a Río Muerto en un colectivo y cuatro autos particulares trasladando al obispo Conejero y a 58 misioneros, cuando llegamos a la localidad fuimos recibidos en el SUM de la Escuela por la comunidad Nivaclé y el director de la Escuela, en un clima muy alegre y cordial, luego de desayunar, todos los misioneros nos pusimos a limpiar las aulas, baños, cocina, tinglado y albergue de la institución para poder utilizar esos días como lugar de descanso, celebraciones y encuentros con los hermanos de Río Muerto", detallaron.
Luego de un almuerzo con la comunidad, en plena siesta con 45º de calor cuando nos disponiamos a descansar, llegó el director desesperado diciéndonos que debíamos desalojar inmediatamente las instalaciones, y que nos daban media hora para irnos voluntariamente, sino a él lo despedian de su trabajo en Educación, por lo comenzamos a retirar todo lo que llevamos y dejar todo ordenado y limpio.
Sin comprender lo ocurrido, ni los motivos de tan brutal cambio de actitud nos retiramos del establecimiento, dejando al sol mercaderias, frutas y carne que habiamos llevado. Nunca hemos vivido algo semejante.
Aun en estas condiciones, junto a la comunidad Nivaclé San José, a la sombra de un algarrobo rezamos el Rosario y celebramos la Eucaristía. A las 21.30 emprendimos el viaje de regreso a la ciudad de Formosa, sin respuestas y con la insistencia de proveer a la Policía los datos de todas las personas presentes.
La comunidad Nivaclé de Río Muerto, los provenientes de San José Esteros (Paraguay), y también los niños y adolescentes que vinieron desde Guadalcazar, muy tristes, decepcionados y desconcertados, buscaron hablar con los representantes del pueblo, el director y la delegada Zonal, quienes no supieron darles una respuesta acerca de la decisión que les habían impuesto desde el Gobierno de la provincia.
Creemos que lo que aconteció es de suma gravedad. La agresividad con la que fuimos echados de una institución pública no tiene explicación. No hay motivo que justifique tanta crueldad con personas que buscan hacer el bien y con una comunidad que todo el año espera esos seis días de poder reencontrarnos y compartir, alegrarnos y vivir el amor que proviene del buen Jesús", enfatizaron.
Finalmente, recalcaron que todo lo recaudado y donado -mercaderías, golosinas, frutas, carnes, ropas, zapatillas y juguetes- fue entregado a la comunidad Nivaclé antes del regreso anticipado a la capital provincial. "Ellos, si bien estaban entristecidos sin comprender la pronta partida, lo recibieron con mucha alegría y gratitud en el corazón".
