El Abuso Institucional del Poder en Formosa: Cuando lo Institucional se Convierte en Partidario
En las democracias saludables, la separación de poderes es fundamental para garantizar un equilibrio que proteja los derechos y libertades de los ciudadanos. Lamentablemente, en la provincia de Formosa, esta división republicana de poderes brilla por su ausencia, dejando espacio para prácticas que socavan los cimientos de la democracia misma y corrompen las instituciones.

En este contexto, es alarmante observar cómo el Gobierno provincial de Formosa ha estado utilizando descaradamente recursos del Estado, instituciones públicas y fondos de los contribuyentes para financiar actos que, en teoría, deberían ser institucionales, pero que terminan siendo verdaderos mítines políticos o verdaeras demostraciones del populismo partidario.
Con el poder público concentrado en manos del gobernador, la rendición de cuentas se convierte en un espejismo y la impunidad en la norma
El caso más reciente después de los actos partidarios pagados con recursos públicos realizados por Cacho Carcia, Marcelos Sosa o Blanca Denis, entre otros funcionarios del Gildismo provincial, se inscribe el acto organizado por el licenciado Diego Ortiz, director de Gestión y Desarrollo Científico y Tecnológico de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la provincia, es un ejemplo claro de este abuso. Lo que debería haber sido una simple charla informativa sobre "inteligencia artificial" se convirtió en un escaparate para el populismo político, con un escenario adornado con gigantografías de figuras partidistas como Evita y Perón, y en el epicentro, la figura del gobernador Gildo Insfrán.
Este tipo de prácticas no solo desvirtúan el propósito de las instituciones públicas, sino que también erosionan la confianza de los ciudadanos en su gobierno. Utilizar recursos del Estado para promover una agenda partidista es un abuso de poder flagrante que socava los principios básicos de la democracia y corrompe las instituciones.
Además, la falta de una justicia independiente en la provincia de Formosa agrava aún más esta situación. Con el poder público concentrado en manos del gobernador, la rendición de cuentas se convierte en un espejismo y la impunidad en la norma.

Es hora de que el pueblo de Formosa exija un cambio real
Es fundamental que los ciudadanos exijan transparencia y rendición de cuentas a sus representantes. La democracia no puede prosperar en un ambiente donde el abuso de poder es la norma y la corrupción se tolera o se ignora.
Es hora de que el pueblo de Formosa exija un cambio real, un cambio que restaure la separación de poderes, promueva la transparencia y ponga fin al abuso institucional del poder. La democracia merece más que actos políticos disfrazados de eventos institucionales.