El Modelo Formoseño envió a Crivisqui a intentar legitimar el Fraude de Nicolas Maduro
El uso de recursos públicos en las operaciones mediáticas y la propaganda internacional: El caso Crivisqui y las elecciones en Venezuela. La reciente cobertura de las elecciones en Venezuela por parte del periodista fanático del "Modelo Formoseño" de Gildo Insfran, volvió a poner el tela de juicio la utilización feudal de los medios del Estado y el uso discrecional de recursos públicos en una provincia que es administrada desde hace más de 38 años ininterrumpidamente por la misma persona.

"Vergüenza Argentina: Aquí triunfó la DEMOCRACIA!"
Crivisqui, conocido por su fervoroso apoyo al gobierno provincial y su papel como conductor de los principales programas políticos en la TV pública provincial (Lapacho TV Canal11) y en las radios del Estado formoseño, fue enviado a Venezuela para cubrir las elecciones presidenciales del país. Bajo el título "Vergüenza Argentina: Aquí triunfó la DEMOCRACIA!", Crivisqui intentó legitimar lo que muchos observadores internacionales han calificado como un fraude electoral por parte del régimen de Nicolás Maduro.
¿Es correcto utilizar recursos públicos para enviar a un comunicador con clara tendencia propagandística a legitimar un proceso electoral cuestionado a nivel internacional?
La polémica no sólo gira en torno al financiamiento de este viaje, sino sobre su finalidad. ¿Es correcto que se utilicen recursos públicos para enviar a un comunicador con clara tendencia propagandística a legitimar un proceso electoral cuestionado a nivel internacional? ¿Es esta la mejor utilización de los fondos de los contribuyentes formoseños?
Propaganda y Manipulación de la Opinión Pública: "Argentinos: Yo estoy aquí, todo lo que leen allí es mentira!"
Crivisqui no solo asistió a Venezuela, sino que también actuó como un defensor vehemente del proceso electoral chavista, desmintiendo desde allí las acusaciones de falta de transparencia y restricciones a la prensa internacional. En sus publicaciones, atacó a los medios hegemónicos, acusándolos de mentir sobre la situación en Venezuela y el proceso electoral. "Argentinos: Yo estoy aquí, todo lo que leen allí es mentira!", escribió, subestimando las preocupaciones legítimas sobre la libertad de prensa y los derechos humanos en el país sudamericano.

El periodista también informó que fue acosado con preguntas sobre la política argentina, particularmente sobre Javier Milei y la "toma" de la Embajada en Buenos Aires, intentando desviar la atención con fabulas sobre situaciones de Argentina en lugar de abordar las serias acusaciones contra el régimen de Maduro.
¿Dónde Queda la Transparencia?
La utilización de recursos públicos para la propaganda política es un tema delicado que requiere una mayor transparencia y rendición de cuentas. Enviar a un periodista con claros vínculos políticos y un historial de apoyo incondicional al gobierno provincial de Formosa para cubrir un evento internacional cuestionado, no solo pone en duda la ética de dicha acción, sino también la prioridad en el uso de fondos públicos.
En lugar de enfocarse en las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos de Formosa, se destinan recursos para respaldar regímenes autoritarios y legitimar procesos antidemocráticos
La acción de Crivisqui y el apoyo tácito del gobierno de Insfran reflejan una preocupante tendencia de manipulación mediática y propaganda, alejándose de los principios democráticos y de una prensa libre e independiente. En lugar de enfocarse en las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos de Formosa, se destinan recursos para respaldar regímenes autoritarios y legitimar procesos antidemocráticos.
Conclusión
La cobertura de las elecciones en Venezuela por Alejandro Crivisqui y el uso de recursos públicos para dicho fin pone en evidencia una vez más las prioridades y prácticas cuestionables del gobierno de Gildo Insfran.
Es imperativo que se realice una revisión exhaustiva sobre el uso de fondos públicos en actividades de propaganda y se establezcan mecanismos de control y transparencia que garanticen una gestión responsable y ética de los recursos del Estado.
La legitimación de regímenes cuestionados y la manipulación de la opinión pública no deben tener cabida en una sociedad que aspira a ser democrática y justa.
