Fueron a apoyar a Insfran y repudiar la gestión nacional, pero al salir pidieron fotos al funcionario de Milei
La reciente reunión convocada por el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, con el objetivo de reafirmar el respaldo de los intendentes al llamado "Modelo Formoseño" y marcar distancia con las políticas del gobierno nacional de Javier Milei, expuso una grieta que ya no puede ocultarse . Aunque la fotografía oficial mostró a algunos intendentes expresando su apoyo a Insfrán, las ausencias notables en el encuentro revelaron más de lo que cualquier pronunciamiento público pudo encubrir. Pero lo más ridículo fue que al salir de Casa de Gobierno se encontraron con Eduardo Serenellini, secretario de prensa de la Presidencia de Javier Milei, con quién se abrazaron y le pidieron una foto.
Las ausencias que incomodan: Intendentes claves le marcan distancia a Insfrán

La convocatoria se llevó a cabo el miércoles 18 en la Casa de Gobierno, donde se reunió el Consejo Provincial de Municipios. Sin embargo, el número de asistentes parece haberse reducido, así como la tolerancia dentro de este espacio. Nombres clave en la política formoseña, como Jorge Jofré (Capital) que estuvo pero no se quedo para la foto, o Manuel Celauro (Clorinda) que junto a Celia Robles (Villa Escolar) viajaron a Buenos Aires a hacer gestiones ante el Gobierno Nacional, también brillaron por su ausencia otros jefes comunales como Pachanga Nacif (Ingeniero Juárez) que tampoco poso para la foto, o Atilio Basualdo (Las Lomitas) y Niltón Werning (laguna Yema), que fueron invitados pero se mantuvieron al margen de la reunión, citando compromisos previos.
Aunque algunos referentes presentes, como Mario Brignole (El Colorado) y Ricardo Lemos (Laguna Blanca), reiteraron su lealtad incondicional a Insfrán, alabando su gestión y las obras públicas, la falta de otros actores clave despertó interrogantes sobre la cohesión interna del justicialismo en respaldo al enigmático modelo formoseño.
Ridículo, confuso y contradictorio
Pero lo que sucedió después de la reunión rayó en lo ridículo y expuso la contradicción más flagrante: varios de los intendentes que habían firmado un documento criticando la gestión de Javier Milei se encontraron en un restaurant, al salir del despacho de Insfrán, con Eduardo Serenellini, secretario de prensa de la Presidencia de la Nación, con quien no dudaron en abrazarse y tomarse fotos. Este gesto generó desconcierto y hasta incredulidad, socavando el mensaje de rechazo hacia el gobierno nacional que se había intentado transmitir Gildo Insfran.

Vinieron a repaldar a Insfran, volvieron y respaldaron a Basualdo
Algo similar ocurrió recientemente con una delegación de punteros y originarios de Las Lomitas, quienes fueron llevados a la Casa de Gobierno para manifestar su respaldo a Insfrán, pero al regresar expresaron su apoyo incondicional al intendente local, Atilio Basualdo. Estos episodios no solo evidencian la desconexión entre las directrices oficiales y los intereses locales, sino que también dejan entrever un creciente agotamiento dentro del consenso monolítico que alguna vez caracterizó al peronismo formoseño.
Antes no faltaba nadie
Las ausencias en la foto oficial no pueden ser descartadas como simples coincidencias. Muchos de los jefes comunales ausentes representan sectores estratégicos y han comenzado a manifestar diferencias con la conducción de Insfrán, aunque hasta ahora lo han hecho de manera discreta. Pero en un contexto en el que el gobernador busca consolidar una postura de fuerza frente a la administración de Milei, estas ausencias no pueden ser ignoradas.
Con más de tres décadas en el poder, Gildo Insfrán ha sabido tejer lealtades y contener cualquier amenaza de ruptura, pero los eventos recientes indican una nueva dinámica. La pregunta que ahora se plantea es si esta falta de respaldo explícito se mantendrá como un gesto aislado o si será el preludio de un cambio más profundo en el equilibrio de poder en Formosa.
Mientras algunos actores continúan alineándose fielmente con el Modelo Formoseño, otros parecen estar buscando distanciarse, insinuando que el consenso unánime que ha caracterizado al oficialismo formoseño podría estar llegando a su fin. La política provincial está en movimiento, y aunque Insfrán sigue siendo un líder poderoso, las fisuras que se asoman podrían redefinir el futuro político de Formosa.

