Teléfono para Gildo Insfrán: La CGT le marcó la cancha a CFK y pidió Renovación en el PJ
La interna del peronismo vive momentos de alta tensión. Este martes, la Confederación General del Trabajo (CGT) emitió un fuerte pronunciamiento contra la idea de que Cristina Kirchner asuma la presidencia del Partido Justicialista (PJ), señalando la necesidad de una renovación interna. La crítica, que apunta de manera indirecta a los métodos personalistas del kirchnerismo, resuena con particular fuerza en un escenario político donde el personalismo ha sido la marca de la conducción, como ocurre en Formosa bajo el mando de Gildo Insfrán.

Las criticas al Kirchnerismo: un mensaje para aquellos que, como Insfrán en Formosa, han concentrado el poder durante décadas
La CGT no solo se opuso a las pretensiones de la ex vicepresidenta, sino que exigió un proceso de apertura y renovación que incluya a todas las corrientes internas del peronismo. "No es con personalismos que vamos a encaminar la recuperación de la confianza ciudadana", advirtió la central obrera, en lo que puede interpretarse como un mensaje para aquellos que, como Insfrán en Formosa, han concentrado el poder durante décadas.
El Kirchnerismo y el Peronismo: Tensiones en el Frente Interno
La figura de Cristina Kirchner ha sido central en el PJ desde el ascenso del kirchnerismo en 2003, cuando su esposo, Néstor Kirchner, asumió la presidencia. Sin embargo, el documento de la CGT marcó distancia de esa línea, criticando los métodos de conducción que ha adoptado el kirchnerismo, en particular su tendencia a personalizar el poder. Esto no es menor, ya que ese estilo de liderazgo ha sido replicado en diversas provincias bajo caudillos locales.
El peronismo, tanto a nivel nacional como provincial, parece encontrarse en un momento bisagra donde las viejas formas de conducción son cada vez más cuestionadas
En Formosa, Gildo Insfrán es un ejemplo paradigmático de esta práctica. Gobernador desde 1995 y máximo referente del PJ en la provincia, su liderazgo está caracterizado por un control absoluto del aparato partidario y del poder político local, algo que comienza a resquebrajarse. En las últimas semanas, al menos dos intendentes peronistas rompieron con el gildismo, denunciando la perpetuidad y el autoritarismo que ha marcado su gestión.
El Llamado a la Renovación
La crítica de la CGT a Cristina Kirchner también es, de alguna manera, un eco de lo que sucede en Formosa. La central obrera no solo repudió el personalismo, sino que demandó un cambio profundo en el partido: "Es preciso iniciar un proceso de genuina renovación, asumiendo que solo con nombres propios no alcanza". Este mensaje resuena con fuerza entre quienes buscan desafiar la hegemonía de Insfrán, quienes también han exigido cambios y apertura en la conducción del PJ formoseño.
En este contexto, la resistencia a Cristina no es únicamente una cuestión de nombres, sino de métodos. El peronismo, tanto a nivel nacional como provincial, parece encontrarse en un momento bisagra donde las viejas formas de conducción son cada vez más cuestionadas. La CGT, tradicionalmente una columna vertebral del movimiento peronista, ha dejado en claro que no respaldará más personalismos, un mensaje que también podría ser dirigido hacia figuras como Insfrán, quien ha manejado Formosa con mano de hierro durante casi tres décadas.
Insfrán en la Mira
Gildo Insfrán, que ha sido un fiel aliado del kirchnerismo y uno de sus más férreos defensores, podría estar viendo el principio del fin de su era de dominio. Si bien su control sobre el aparato político y partidario en Formosa sigue siendo sólido, el quiebre interno dentro del PJ provincial y el llamado de la CGT a una renovación hacen que su liderazgo empiece a ser cuestionado desde dentro.
En el escenario nacional, el kirchnerismo enfrenta un desafío similar. La CGT, al alzar su voz contra Cristina Kirchner, está marcando un punto de inflexión en el peronismo. Insfrán, aunque alejado de los centros de poder nacionales, es un ejemplo viviente del tipo de liderazgo que la CGT parece estar dispuesta a dejar atrás.
Conclusión: ¿Una Nueva Era en el Peronismo?
La lucha por el control del PJ, tanto a nivel nacional como provincial, está en pleno apogeo. Mientras Cristina Kirchner busca afianzarse en la presidencia del partido, la CGT exige una apertura y renovación que podría cambiar las reglas del juego. En Formosa, Gildo Insfrán enfrenta una situación similar, con sectores de su propio partido desafiando su hegemonía y clamando por un cambio.
La crítica al personalismo, en el fondo, es una crítica a un modelo de liderazgo que ha prevalecido en el peronismo durante décadas. La CGT, con su reciente pronunciamiento, ha dejado en claro que ese modelo está agotado. Resta por ver sifiguras como Cristina Kirchner o Gildo Insfrán podrán adaptarse a estos tiempos de cambio o si, por el contrario, el peronismo decidirá seguir un nuevo rumbo sin ellos al frente.