Desde la UNaF: María Graciela De la Rosa ataca con sus perros a la UNaF, siguiendo las órdenes del enajenado jefe político
En las últimas semanas, la Auditoria General de la Nación (AGN) ejerció una brutal presión contra la administración de la Universidad Nacional de Formosa, reclamando informes sobre ejercicios vencidos y aprobados en plazos extremadamente perentorios, completamente inusuales, y extraños, si se lo mira desde una óptica institucional.

La respuesta no es compleja, ni amerita un análisis profundo para encontrarla. María Graciela De la Rosa es auditora general de la Nación, y nadie ignora su debilidad y lealtad política por Insfran. El gobernador es identificado como precursor exclusivo de las trabas que viene experimentando la UNaF desde hace varios meses, en materia de fondos, poniendo en riesgo la continuidad operativa del establecimiento y la continuidad formativa de miles de jóvenes
La Auditoría General de la Nación realiza el control externo de la gestión presupuestaria, económica, financiera, patrimonial, legal y de gestión del sector público nacional.
Respaldada por su cargo, aunque apartada del rol central del área, De la Rosa, que acapara un extenso curriculum laboral y político atado a Insfran, no hace más que aportar su poder institucional, en apoyo al pequeño proyecto del jefe político, desesperado por separar a Parmetler, aun si para hacerlo debe desestabilizar a la propia universidad nacional que funciona a en la provincia que gobierna.
Como la AGN es un órgano de contralor externo, lo que De la Rosa está ahora pidiendo son distintas documentaciones, exigiendo respuestas en un plazo de 15 días corridos, con la básica intención de apretarla, buscando generar una porción de irregularidad.
En la UNaF, entienden que se trata de un nuevo hostigamiento ordenado por Gildo, a esta altura muy nervioso porque sólo cosechó derrotas en las otras metodologías, como las elecciones y las judiciales.
El criterio unánime es que se busca generar condiciones para justificar la intervención, de otra manera no se entiende que De la Rosa pida documentaciones de los períodos 2019, 2020, 2021, y en 15 días corridos, una entera barbaridad.
La nota enviada a la UNaF lleva las firmas de la dirigente formoseña, Miguel Ángel Pichetto y Juan Ignacio Forlon, y, concretamente pide, entre distintos anexos, documentaciones con soporte digital que, obviamente, resultan extemporáneos porque la administración universitaria está cerrando su periodo 2022.
De la Rosa se muestra con un perfil muy conservador, pero sus movimientos son meticulosos y quirúrgicos: mantiene su propio espacio interno, donde no faltan locales partidarios, ni la bolsita con mercaderías, y el dinero necesario para mantener al grupo que navega el territorio, mientras la líder no descuida en la Capital Federal el prestigioso y ostentoso cargo que le consiguiera Gildo.
En las redes abundan fotos de la elegante mujer, rodeada de adherentes mostrando en lo alto la simbólica V de la victoria peronista, entera mueca de cómo funciona el andamiaje protector del anciano caudillo formoseño.