"Insfrán convierte un acto público en una tribuna de amenazas y desprecio por la democracia"
En un nuevo capítulo del Operativo "Por Nuestra Gente, Todo" (OPNGT), el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, volvió a transformar un acto institucional financiado con recursos públicos en una tribuna política cargada de amenazas, desprecio por la pluralidad democrática y el uso indebido de medios estatales para proyectar su discurso.

Desde la EPES N.º 10 "Dr. Carlos Pellegrini" del Barrio San Francisco, Insfrán desplegó una retórica que cruzó los límites de la convivencia democrática, con referencias amenazantes hacia opositores como el intendente de Las Lomitas, Atilio Basualdo, y la diputada Gabriela Neme, ambos ex aliados de su espacio político. En un tono intimidatorio, declaró: "Que Dios tenga piedad de ellos", una frase que parece más un aviso de represalia que una expresión de principios democráticos.
El Estado como herramienta partidaria
El OPNGT, presentado como una iniciativa social, ha sido reiteradamente señalado por su manipulación política. Actos en escuelas públicas, financiados con dinero del Estado y transmitidos en cadena por medios estatales, se convierten en plataformas para que el gobernador ataque a quienes no se alinean con su liderazgo . Estas prácticas no solo violan la neutralidad institucional, sino que refuerzan un sistema donde la disidencia es castigada.
Negativa a la transparencia: "Que se vayan a cantarle a Gardel"
Insfrán también reafirmó su negativa a presentar una declaración jurada de bienes, burlándose de los pedidos ciudadanos de transparencia y asegurando que no dará explicaciones sobre su patrimonio. En una provincia donde la pobreza y la falta de oportunidades son moneda corriente, este tipo de actitudes profundizan la desconfianza hacia una gestión que perpetúa la desigualdad.
"Y, a esa señora que se preocupa tanto por lo que yo pueda tener, le digo que sí que yo hice mi declaración Jurada de bienes, porque cuando fui candidato suplente de cargos nacionales, te piden esa declaración jurada, y si no que vaya a la Afip a preguntar que lo que yo tengo, eso para que se quede ya tranquila. Y si eso no le basta "que se vaya a cantarle a Gardel", manifestó Insfran en abierta alusión a los reclamos de Neme.
La persecución a opositores
La diatriba de Insfrán contra Basualdo y Neme no es un hecho aislado. La historia política reciente de Formosa está marcada por un clima de hostigamiento hacia quienes desafían al poder central. Al calificar de "hipócritas" a sus adversarios y descalificar sus gestiones, el gobernador intenta consolidar un relato que lo posiciona como el único garante de estabilidad, mientras desestima los legítimos cuestionamientos a su modelo autoritario.
Un mensaje preocupante
La frase "Yo no estoy cansado, voy a seguir" refuerza su intención de perpetuar un esquema de poder que se sostiene en la concentración de recursos, la descalificación del adversario y el control de los canales institucionales. Este mensaje, en una provincia donde los derechos fundamentales están constantemente bajo amenaza, debería encender las alarmas de todos aquellos que creen en la democracia y el respeto por las instituciones.
Insfrán no solo continúa despreciando las voces disidentes, sino que utiliza recursos públicos para sembrar un clima de miedo y confrontación. Este tipo de actitudes no tienen cabida en un sistema democrático que exige transparencia, pluralidad y respeto por las diferencias. La ciudadanía formoseña merece algo mejor: un gobierno que gobierne para todos, no una maquinaria política que trabaja para perpetuarse en el poder.