
Columnista
"El Dictamen que Puede Derribar la Perpetuidad de Gildo Insfrán"
En una jornada histórica que coincide con la conmemoración de la recuperación democrática de 1983, el poder del régimen feudal de Gildo Insfrán, gobernante de Formosa desde hace 37 años, sufrió un impacto judicial sin precedentes. La Procuración General de la Nación, a través de un dictamen del Procurador General, Eduardo Casal, declaró inconstitucional la reelección indefinida del gobernador Insfrán, quien ha gobernado la provincia de forma continua durante ocho mandatos consecutivos.

Por: Julian González
La noticia se produce en un contexto especialmente delicado para el oficialismo formoseño, que enfrenta no solo el desgaste del poder centralizado en manos del gobernador, sino también una creciente crisis interna que ha comenzado a evidenciar fracturas importantes en el armado político que sostiene a Insfrán desde 1987.
La fecha, además, es una de alta carga simbólica: 10 de diciembre, día de la recuperación democrática en Argentina, cuando las esperanzas de los formoseños de volver a tener una provincia gobernada bajo los principios democráticos y republicanos reciben un importante espaldarazo por parte de la Corte Suprema de Justicia.
Un triunfo de la democracia sobre la perpetuidad del poder
Lo que puede ser una victoria para la oposición provincial, en una presentación impulsada por los doctores Agostina Villaggi y Juan Sebastián Montoya por el Frente Amplio Formoseño, tiene un sabor aún más significativo debido a la fecha histórica donde este dictamen ha tomado vida, y más aún en el lugar en el que enteraron de la buena nueva: El Colorado, una de las localidades más emblemáticas de la provincia, convertida por el Clan Brignole en el epicentro del nepotismo, la corrupción y la impunidad bajo la égida del "Gildismo" .
El dictamen de Casal: La inconstitucionalidad de la reelección indefinida
El dictamen de Casal, resalta que el artículo 132 de la Constitución de la provincia de Formosa —que habilita la reelección indefinida del gobernador— contraviene los principios fundamentales de la Constitución Nacional y las normas internacionales en materia de derechos humanos.
En palabras del procurador, "la perpetuación en el poder erosiona el principio de separación de poderes" y es incompatible con el "sistema republicano" que debería regir en una democracia. Casal citó, además, los fallos previos de la Corte Suprema que habían limitado la reelección indefinida, en contextos similares en las provincias de Santiago del Estero y San Juan, como parte de una línea jurisprudencial que busca evitar la consolidación de poderes autocráticos a nivel provincial.
El dictamen sostiene que la reelección indefinida "conspira contra la finalidad propia del Estado de Derecho", y que la democracia debe garantizarnos la "renovación periódica de los mandatos", algo que la Constitución Nacional considera esencial para el mantenimiento del sistema republicano.
El impacto en Formosa y el rol de los impulsores del amparo
En esta contienda legal, Agostina Villaggi y Juan Sebastián Montoya, fueron los impulsores del amparo que cuestiona la validez de las reelecciones sucesivas de Gildo Insfrán, que logró el primer tratamiento en la corte, aunque hay otras tres presentaciones efectuadas por el senador Francisco Paoltroni, otra por el diputado Fernando Carbajal y el tercero por la diputada Gabriela Neme.
La causa, que fue presentada ante la Corte Suprema, no solo desafía la reforma constitucional de 2003 que habilitó la reelección indefinida, sino que se constituye como un acto de resistencia ante la concentración de poder en manos de un mismo sector político durante casi cuatro décadas.
Villaggi y Montoya, al enterarse de la resolución de la Procuración, expresaron que este dictamen representa "untriunfo de la democracia sobre la perpetuidad del poder", y han resaltado que esta decisión de la Corte podría marcar un antes y un después en la historia política de la provincia.
Sin embargo, la situación política sigue siendo compleja. En Formosa, el "Gildismo" ha logrado articular un sistema político-clientelista, donde el acceso al poder se ha traducido en una distribución discrecional de recursos, empleos públicos y favores personales que han garantizado la fidelidad de amplios sectores de la población, de la administración pública y de la legión de Paraguayos con doble nacionalidad, que cada 2 años vienen a votar a cambio de planes sociales, jubilaciones y otros beneficios.
Esta estructura ha sido, en muchos sentidos, la columna vertebral del poder de Insfrán, y ha encontrado su expresión más cruda en localidades como El Colorado, un municipio que se ha transformado en uno de los centros neurálgicos de esta red de poder, populismo y clientelismo.
Un régimen en crisis
El escenario que atraviesa el oficialismo formoseño se encuentra en medio de una fuerte descomposición interna, que se hizo evidente en los últimos días. El propio discurso pronunciado por Insfrán el mismo 10 de diciembre, en un acto académico en el Polo Científico de Formosa, fue percibido por muchos como "desorientado" y alejado de la realidad política y social que atraviesa la provincia.
Las divagaciones del mandatario durante su intervención han levantado "alarmas sobre los efectos de la senilidad" que podrían estar afectando su capacidad de tomar decisiones en un contexto de creciente presión social y política.
Es en este contexto de vulnerabilidad y fractura que el dictamen de Casal adquiere una relevancia aún mayor. Si bien la Corte Suprema aún debe tomar una decisión final sobre el caso, este dictamen constituye un "primer paso hacia la posible eliminación de la figura del "gobernador eterno" en Formosa, y abre una ventana de esperanza para los sectores opositores que vienen luchando por la restitución de un sistema republicano y democrático en la provincia.
El futuro de Formosa: ¿fin de un régimen?
La Corte Suprema, ahora con el dictamen favorable a la inconstitucionalidad, tiene en sus manos la responsabilidad de emitir la sentencia definitiva que podría terminar con el régimen de Gildo Insfrán o, al menos, abrir el camino hacia una reforma de la Constitución provincial que limite las reelecciones. Sin embargo, el contexto político de Formosa sigue siendo profundamente incierto.
En la provincia, más que nunca, se juega el futuro de una democracia que ha sido permanentemente arrinconada por un régimen feudal que ha mantenido bajo su control todos los aspectos del poder político, económico y social.
Así las cosas, Agostina Villaggi y Juanchi Montoya han dado un paso decisivo en la lucha por un "Formosa libre y para todos", donde la democracia y la justicia republicana, finalmente, puedan prevalecer sobre el nepotismo y la corrupción que durante tantos años definieron la política en la provincia y que tiene epicentro en El Colorado.
En síntesis:
El dictamen dictado por el Procurador Casal marca un avance en la batalla por la inclusión de la democracia en una provincia que, hasta el momento, ha estado a merced de un régimen autoritario.
Sin embargo, los próximos pasos de la Corte Suprema, junto con el futuro del Frente Amplio Formoseño y las otras presentaciones interpuestas en el mismo sentido por representantes de otros espacios de la oposición, serán determinantes en la lucha por el futuro político de Formosa.
