
Diputado Convencional Constituyente MC
"¿Federalismo o desafío a la Constitución? El oficialismo formoseño frente al límite impuesto por la Corte Suprema"
Las declaraciones del diputado provincial Rodrigo Vera, referente del gildlismo formoseño, sobre el histórico fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la reelección indefinida en la provincia, dejan más preguntas que respuestas. Su intento por minimizar el impacto del dictamen de la máxima autoridad judicial del país no solo evidencia un discurso funcional al continuismo político, sino que plantea interrogantes clave sobre la relación entre el poder constituyente local y los límites que establece la Constitución Nacional.

¿El fallo no cambia nada?
Según Vera, el fallo "no sorprende ni cambia nada", afirmación que contradice el peso institucional de una decisión de la Corte Suprema. Asegurar que un fallo de este nivel no tiene consecuencias es, cuanto menos, una peligrosa subestimación del orden constitucional argentino. La Corte dejó en claro que la alternancia es un pilar del sistema republicano, algo que el oficialismo formoseño parece interpretar como una amenaza a su perpetuidad en el poder.
El fallo de la Corte como mínimo es un recordatorio que el sistema republicano requiere algo más que elecciones periódicas: necesita instituciones fuertes, división de poderes, transparencia y alternancia en el ejercicio del gobierno
El diputado argumenta que la Corte no puede "inmiscuirse en el poder constituyente local"?. Sin embargo, olvida que este poder no es absoluto: está subordinado a los principios y valores que emanan de la Constitución Nacional. La supremacía constitucional no es una mera formalidad, sino un pilar esencial del federalismo que Vera dice defender .
La reforma constitucional: ¿una maniobra política?
Vera sostiene que el proceso de reforma de la Constitución provincial busca "afianzar el sistema representativo, republicano y democrático". Sin embargo, esta reforma se pone en marcha precisamente para eludir el fallo de la Corte y perpetuar un modelo político que, lejos de ser representativo, se caracteriza por la concentración del poder en una sola figura desde hace más de 30 años.
Además, sostiene que "el pueblo formoseño, a través de los convencionales constituyentes, decidirá sobre el texto final de la Constitución". Sin embargo, resulta inevitable cuestionar esta afirmación en un contexto donde el oficialismo domina ampliamente las instituciones y el aparato estatal. Con la polémica Ley de Lemas, un Tribunal Electoral compuesto por exfuncionarios, exlegisladores afines a Gildo Insfrán y un exapoderado del Partido Justicialista, un registro civil que opera de manera partidista controlando los cambios de domicilio, la movilización de votantes con doble nacionalidad provenientes de Paraguay cada dos años, y un esquema populista y clientelar que perpetúa el sometimiento social, ¿puede hablarse realmente de un proceso democrático genuino, libre y representativo ?
La falacia del federalismo y la legitimidad electoral
El legislador califica el fallo como un "gravísimo precedente para el federalismo argentino" al afirmar que la Corte se extralimitó en sus competencias. Pero lo que la Corte hizo fue garantizar la vigencia de un principio republicano: la alternancia en el poder. Esto no es un ataque al federalismo, sino una defensa de la democracia.
Vera también alude a la legitimidad electoral de Gildo Insfrán, quien obtuvo el 70% de los votos en las últimas elecciones. Sin embargo, este argumento ignora que la legitimidad democrática no puede ser una excusa para perpetuarse indefinidamente en el poder. El verdadero federalismo y la democracia se fortalecen con alternancia, transparencia y competencia electoral real, no con hegemonías eternas disfrazadas de voluntad popular.
Conclusión: el pueblo como rehen
Las declaraciones de Rodrigo Vera reflejan una estrategia clara del oficialismo formoseño: usar el discurso del federalismo y la democracia para justificar su resistencia al cambio y su vocación de perpetuidad. Pero el fallo de la Corte es un llamado de atención. Es un recordatorio de que la Constitución Nacional está por encima de los intereses locales y de que el sistema republicano requiere algo más que elecciones periódicas: necesita instituciones fuertes, división de poderes y alternancia en el ejercicio del gobierno.
La pregunta sigue abierta: ¿puede una provincia someter el orden constitucional nacional a los intereses de su propia voluntad política? Formosa y su "Modelo" están en el centro del debate, pero esta vez enfrentan el límite ineludible que establece la ley suprema de la Nación. ¿Elegirán respetar el fallo de la Corte Suprema o desafiarán abiertamente a la Constitución Nacional?
