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Gildo Insfrán desafió a la Corte y calificó el fallo contra la reelección indefinida como "un tiro de gracia al federalismo"

Insfrán aseguró, vengo a decirles que "este gobernador va a estar siempre con ustedes. "Ningún porteño nos va a indicar quién va a ser nuestro representante. : ustedes van a decidir si yo tengo que seguir estando o no "

"Insfrán desafía el federalismo: un discurso incendiario tras el fallo de la Corte Suprema"

En un acto oficial realizado en el barrio La Nueva Formosa, el gobernador Gildo Insfrán volvió a convertir lo institucional en su tribuna política para responder con un discurso desafiante al fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional la reelección indefinida en Formosa. En lugar de abordar con mesura y respeto institucional la resolución del máximo tribunal del país, el mandatario optó por redoblar su apuesta política, calificando la decisión como "un tiro de gracia al federalismo".

Un ataque a la democracia y al equilibrio de poderes

Insfrán, quien lleva más de 28 años en el poder, aseguró con tono combativo que su postura no cambiará, incluso frente a un fallo judicial contundente que busca limitar las prácticas hegemónicas en las provincias. "Yo le vengo a decir que este gobernador va a estar siempre con ustedes, que este gobernador no va a cambiar de idea", afirmó, ratificando su intención de avanzar con una reforma constitucional provincial para eludir el límite impuesto por la Justicia.

Este anuncio, lejos de ser un gesto de respeto hacia el orden institucional, representa una amenaza al sistema democrático y a la esencia del federalismo que tanto invoca el gobernador. Aludiendo al histórico principio de que las provincias son preexistentes a la Nación, Insfrán manipula el concepto para justificar prácticas que consolidan su poder personal, desdibujando los límites entre institucionalidad y perpetuación autoritaria.

"Ningún porteño nos va a indicar qué hacer"

El discurso del mandatario también incluyó una carga de confrontación hacia la Corte y, de manera indirecta, al centralismo porteño. "Ningún porteño nos va a indicar quién va a ser nuestro representante. : ustedes van a decidir si yo tengo que seguir estando o no ", expresó, desestimando la esencia misma del fallo: garantizar elecciones libres, competitivas y bajo reglas claras que eviten la concentración del poder.

Al victimizarse frente a un supuesto avasallamiento de intereses nacionales sobre la autonomía provincial, Insfrán busca confundir a la ciudadanía, trasladando el eje del debate desde la defensa de la democracia hacia una disputa ficticia entre Formosa y el resto del país.

¿Cumplir o resistir?

En un aparente gesto de acatamiento, el gobernador afirmó: "Puedo estar de acuerdo o no con el fallo, pero de que tenemos que cumplir, lo vamos a cumplir". Sin embargo, sus palabras pierden credibilidad ante la amenaza inmediata de avanzar con una reforma constitucional que no responde al interés de los formoseños, sino a su propia ambición de perpetuidad en el poder.

Una encrucijada para la democracia formoseña

El discurso de Insfrán deja al descubierto una estrategia calculada para resistir los embates judiciales y perpetuar su dominio político en la provincia. Sin embargo, el fallo de la Corte Suprema no solo debe ser visto como una barrera a los excesos del poder, sino como una oportunidad para que Formosa recupere un sistema político verdaderamente representativo y participativo.

La democracia formoseña enfrenta una encrucijada: elegir entre seguir sometida al dominio de un liderazgo que se resiste al cambio o abrirse a un futuro donde la alternancia y el respeto institucional sean los pilares de su desarrollo.