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Miércoles 23 de Abril, 2025
 
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El "Principado" de Formosa:

El paralelismo entre la dinastía Romana y la pretendida transferencia del poder de Gildo Insfrán

En su reciente columna titulada "Atento Base, atento", el periodista y analista político del PJ, Fernando Leonel Pisiottano, traza un llamativo paralelismo entre la política formoseña actual y la dinástica de sucesión en la antigua Roma. ¿Casualidad o evidencia de un sistema de poder que se perpetúa heredaritariamente? La advertencia del autor es clara: cualquier similitud queda bajo la exclusiva responsabilidad del lector.

Pisiottano remonta su análisis a la figura de Augusto, quien al consolidar su "Principado" estableció de facto una monarquía hereditaria. Su hija, Julia, fue colocada en una función política estratégica como parte de la ingeniería sucesoria que el emperador diseñó para garantizar la continuidad de su dinastía. La promoción de herederos al trono en la Roma antigua no solo se daba a través del linaje, sino también por el respaldo militar y popular. De esta manera, la estabilidad del nuevo orden impuesto por Augusto quedaba asegurada a través de una combinación de habilidad, oportunismo y un claro sentido de continuidad dinástica.

El autor de la columna sugiere que la historia romana podría estar repitiéndose, esta vez en el contexto formoseño, con Gildo Insfrán como una suerte de autócrata moderno que busca asegurar la perpetuidad de su legado. Ilustra su análisis con una fotocomposición donde Insfrán a quién él mismo sindico como Emperador, aparece rodeado de su vicegobernador Ever Solís y su hija, la diputada provincial Yanina Insfrán.

La columna de Pisiottano, podría interpretarse como la posibilidad de que el actual gobernador intente perpetuarse en el poder sorteando los límites constitucionales, lo que es una hipótesis cada vez más firme. Más aún, sugiere que, de no lograrlo, Insfrán podría intentar imponer a su hija en una eventual fórmula gubernamental, estableciendo un linaje sucesorio al estilo de la Roma imperial.

La comparación no solo apunta a la continuidad de un mismo liderazgo y la conducción del Estado por más de cuatro décadas, sino también a la forma en que el poder se consolida a través de alianzas estratégicas y el control absoluto del aparato estatal. Con el antecedente de regímenes que han buscado perpetuarse en la historia, la pregunta queda planteada: ¿se encamina Formosa hacia una dinastía política al mejor estilo de los emperadores romanos?

La advertencia de Pisiottano resuena con fuerza en un contexto donde la discusión sobre la alternancia democrática sigue siendo un tema pendiente en la provincia. La historia, como bien señala el periodista, está allí para ser leída y comprendida. Lo que Formosa haga con ella dependerá de sus propios ciudadanos.