Insfrán culpa a Milei por la parálisis de la Ruta 23, pero olvida los millones cobrados por Cristóbal López sin obras terminadas
En la Formosa de Gildo Insfrán, donde el relato oficial busca disfrazar la inacción con discursos vacíos, la hipocresía alcanza niveles escandalosos. Ahora, el gobernador apunta sus dardos contra el presidente Javier Milei por la paralización de la emblemática Ruta 23, una obra víal de 77 kilómetros que une General Belgrano con Palo Santo y que, pese a haber recibido millonarios fondos públicos, nunca se concluyó.

Pero la pregunta que nadie en el oficialismo provincial quiere responder es simple: ¿qué hizo el empresario K Cristóbal López con los más de 300 millones de pesos que cobró por una obra que está inconclusa en más del 70%?
Hace doce años, la empresa CPC de López, en UTE con Ruta 81 SRL, obtuvo la licitación para la pavimentación de la Ruta 23. Según la documentación oficial, de los 378 millones de pesos presupuestados originalmente, López cobró 309 millones, dejando un extenso camino deformado, con banquinas inexistentes y sin los seis puentes estructurales esenciales. En palabras de técnicos del gobierno de Mauricio Macri: "Se cobró por casi todo y se hizo prácticamente nada".
El cinismo del gobierno formoseño no termina ahí. A pesar del rotundo fracaso de López, los contratos se reciclaron y se volvieron a licitar bajo las mismas lógicas de siempre. En 2020, la licitación fue adjudicada nuevamente, esta vez a JCR -de la familia Relats- en UTE con Industrial y Constructora SA, por un monto que superó los 6.700 millones de pesos. Aun así, la obra sigue inconclusa.
El silencio cómplice de Insfrán frente al vaciamiento de fondos públicos contrasta con su indignación selectiva cuando se trata de responsabilizar al actual gobierno nacional. Durante décadas, con Néstor y Cristina Kirchner, y luego con Alberto Fernández, la Ruta 23 fue una promesa incumplida, mientras los empresarios amigos del poder cobraban sin trabajar.
¿Dónde estaban las denuncias de Insfrán cuando Cristóbal López y Lázaro Báez se llevaban fortunas por obras que jamás se concretaron? ¿Por qué nunca exigió la rendición de cuentas ni la devolución del dinero público malversado?
La exigencia de reactivación de la obra pública es legítima, pero resulta intolerable que quienes permitieron y avalaron la corrupción ahora pretendan erigirse como víctimas de un supuesto ajuste. La responsabilidad por el abandono de la Ruta 23 tiene nombres y apellidos: Gildo Insfrán y los empresarios K que se enriquecieron a costa de la infraestructura que Formosa necesita y no tiene.