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Miguel Wiñazki

La "Estupidez Argentina" y su Vínculo con el Totalitarismo de Gildo Insfrán

El periodista Miguel Wiñazki, en su columna de opinión publicada en Clarín bajo el título "Claves de la estupidez argentina", introduce una provocadora reflexión sobre la naturaleza de la estupidez colectiva y su impacto en la política nacional. En su análisis, vincula la expansión de esta estupidez con el totalitarismo de Gildo Insfrán, gobernador de Formosa, y con el uso oportunista de ciertos discursos progresistas como el "woke". El artículo establece un marco teórico que denuncia la manipulación ideológica y la ausencia de pensamiento crítico.

El Totalitarismo de Gildo Insfrán en el Marco de la Estupidez

 La estupidez, es una fuerza activa que contribuye al deterioro social y político

"Insfrán ha logrado perpetuarse en el poder mediante un esquema de control basado en la desinformación, el clientelismo y la sumisión de la población"

Wiñazki se vale de la teoría de Cipolla para sostener que la estupidez, más que un simple defecto cognitivo, es una fuerza activa que contribuye al deterioro social y político. Su hipótesis cobra especial relevancia en el contexto formoseño, donde Insfrán ha logrado perpetuarse en el poder mediante un esquema de control basado en la desinformación, el clientelismo y la sumisión de la población.

 

Insfrán ha consolidado un régimen que reprime la oposición, censura críticas y adoctrina a la población con una narrativa política que se presenta como progresista, pero que en la práctica reproduce las estructuras más reaccionarias y autoritarias del país

 

Insfrán, quien lleva más de 28 años en la gobernación de Formosa, más 8 en la vice, ha consolidado un régimen que reprime la oposición, censura críticas y adoctrina a la población con una narrativa política que se presenta como progresista, pero que en la práctica reproduce las estructuras más reaccionarias y autoritarias del país. En este sentido, el análisis de Wiñazki no solo es acertado sino fundamental: el estúpido, según Cipolla, es aquel que no solo daña a los demás sino también a sí mismo, y este es el modelo que Insfrán ha aplicado a su provincia.

La Relación entre el "Woke" y el Insfranismo

Insfrán no es progresista clásico, se apropia de ciertos discursos de justicia social para encubrir prácticas de dominación

Uno de los puntos más controversiales de la columna es la conexión que el periodista establece entre el concepto de "woke" y la política insfranista. El término "woke", nacido en el ámbito anglosajón, hace referencia a una conciencia progresista sobre desigualdades raciales, de género y sociales. Wiñazki sugiere que el insfranismo ha adoptado una versión distorsionada de este discurso para justificar su autoritarismo. Mientras que el "woke" original busca desafiar estructuras de opresión, el oficialismo formoseño lo utiliza para consolidar su poder y silenciar críticas. En otras palabras, Insfrán no es progresista en el sentido clásico, sino que se apropia de ciertos discursos de justicia social para encubrir prácticas de dominación.

Estupidez, Fanatismo y Dogmatismo Político

Wiñazki también expone cómo la estupidez se expande en forma de fanatismo. Al describir a la militancia política acrítica como una "manada humana temible", el periodista sugiere que el problema de Argentina no es exclusivamente de un sector ideológico, sino de una cultura que privilegia el dogmatismo sobre la reflexión. Esto es particularmente notorio en Formosa, donde la falta de información y el culto a la personalidad han generado una base de seguidores que defienden al régimen insfranista sin cuestionamientos.

El paralelo con el concepto de Bonhoeffer sobre la estupidez es también crucial. Para el teólogo luterano, los estúpidos no solo son incapaces de razonar críticamente, sino que están convencidos de su propia superioridad. Esto se observa en el discurso oficialista, que desprecia cualquier crítica como una conspiración de los "enemigos del modelo". Este mecanismo de descalificación, donde los opositores son tildados de "gorilas", "vendepatrias" o "cipayos", es un ejemplo de cómo el dogmatismo político refuerza la expansión de la estupidez.

Conclusión: Entre la Inteligencia y la Estupidez Colectiva

Wiñazki concluye que más que una lucha entre derechas e izquierdas, Argentina enfrenta un conflicto entre la inteligencia colectiva y la estupidez. En Formosa, este dilema es particularmente agudo, ya que el control de Insfrán se basa en una combinación de ignorancia inducida y adoctrinamiento sistemático. La verdadera cuestión, según el periodista, no es solo identificar a los estúpidos, sino evitar que sigan reproduciendo su influencia en la sociedad.

El artículo de Wiñazki no es solo una provocación intelectual, sino una advertencia urgente sobre cómo la estupidez organizada, cuando se combina con el poder político absoluto, puede conducir al colapso de una sociedad. La situación de Formosa es una muestra palpable de cómo la manipulación, el fanatismo y la falta de información pueden perpetuar regímenes anacrónicos bajo el disfraz de modernidad. La pregunta es: ¿será la inteligencia colectiva capaz de revertir esta tendencia o continuará la expansión de la estupidez en la Argentina profunda?