La gran farsa del relato Insfrán: la mentira, el abuso de poder y el uso de herederos feudales como falsos críticos
El abuso despiadado del Estado: Insfrán y su maquinaria de sometimiento, relato y propaganda política para sostener la eternidad e impinidad de su hegemonía

El relato oficialista del gobierno provincial de Gildo Insfrán ha quedado, una vez más, al desnudo. Mientras utiliza arbitrariamente los recursos del Estado para financiar su maquinaria proselitista, sostener la propaganda política y alimentar su culto a la personalidad, al mismo tiempo desfinancia, persigue y ahoga financieramente a las administraciones comunales que no se alinean con su mezquina estrategia de perpetuación en el poder.
Pero lo que resulta más indignante es la desvergüenza con la que utiliza los medios de comunicación estatales para montar verdaderas y maliciosas campañas de difamación e injurias contra los intendentes que ya no responden a su modelo feudal.
No basta con recortarles arbitrariamente la coparticipación o enviar punteros de su espacio a inaugurar obras y organizar eventos propagandísticos en terrenos municipales sin invitar a las autoridades locales.
Ahora, el atropello es más grave: el gobierno provincial ha decidido crear verdaderas "municipalidades paralelas" manejadas por ex intendentes y sus herederos políticos, que fueron expulsados por el voto popular en un claro mensaje de repudio y hartazgo social.
Una estrategia de disciplinamiento mafioso
El episodio más escandaloso de los últimos días fue la decisión del gobierno de Gildo Insfrán de otorgar un bono salarial a todos los empleados públicos, excepto a los municipales de Laguna Yema y Las Lomitas, quienes fueron discriminados de manera arbitraria con el claro propósito de escarmentarlos. Este mensaje de disciplinamiento político busca imponer el miedo y la sumisión: si un intendente osa desafiar la lógica feudal de Insfrán, su comunidad pagará las consecuencias.

Heredero de una casta feudal que gobernó 26 años Laguna Yema
El castigo no se limita al recorte de fondos. En ambas comunas, el gobierno provincial ha instalado municipios paralelos encabezados por los hijos de los ex intendentes depuestos por hartazgo social.
En Laguna Yema, el elegido es "Maurito" Corvalán, hijo del ex intendente "Popo" Corvalán, quien gobernó 26 años dejando un municipio vaciado y quebrado. Con denuncias de corrupción y apropiación de tierras fiscales, hoy maneja la municipalidad paralela de Gildo Insfrán y, según denuncias, sigue controlando la policía provincial y las instituciones locales con el objetivo de obstruir la gestión de Niltón Werning, el intendente elegido por el 80% de los votantes.
Heredero de una casta feudal que gobernó 50 años Las Lomitas

En Las Lomitas, el caso es aún más escandaloso. Jorge Martínez Meza, presentado por los medios oficialistas como un inocente ciudadano preocupado por la administración municipal, no es otro que el heredero de la dinastía feudal de los Meza en Las Lomitas. Nieto de Modesto Meza, intendente de la dictadura militar y depués caudillo peronista, e hijo de Carlos Meza, quien gobernó Lomitas desde 1983 hasta 2011.
Martínez Meza, referente de la agrupación del ministro de Económia de Insfran, Jorge Oscar Ibañez, administra hoy los fondos de la municipalidad paralela del gobierno provincial y ya ha sido dos veces derrotado en las urnas por Atilio Basualdo, a quien volverá a enfrentar en las próximas elecciones, sostenido por el aparato provincial y la estructura clientelar del "Modelo Formoseño".
Los verdaderos perjudicados: los ciudadanos
Mientras Insfrán y sus esbirros juegan con los recursos del Estado para sostener su hegemonía y castigar a quienes no se someten, los perjudicados directos son los ciudadanos.
Los empleados municipales de Laguna Yema y Las Lomitas, las instituciones comunales y los bienes públicos son las víctimas de un modelo que se sostiene con hambre, postergación y abuso de poder.
El "Modelo Formoseño" sigue demostrando que su único objetivo es la perpetuación de Gildo Insfrán y su círculo de privilegio. Pero el hartazgo social es cada vez mayor. La resistencia de los intendentes perseguidos y la indignación de los ciudadanos ante estas prácticas despóticas son síntomas de un cambio que, tarde o temprano, se hará inevitable.


