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Sábado 19 de Abril, 2025
 
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La Retro del escándalo

Brignole recibió a Insfrán con un show de nepotismo y corrupción, pero sin gente

El intendente de El Colorado, Mario Brignole, volvió a demostrar que su lealtad al gobernador Gildo Insfrán no tiene límites, aunque la ciudadanía hace tiempo le soltó la mano. Con nula convocatoria popular, pero con un obsceno despliegue de nepotismo, corrupción administrativa y despilfarro de fondos públicos, Brignole recibió con los brazos abiertos al gobernador, en un acto más político que institucional, financiado con recursos estatales y transmitido en vivo por la red de medios oficiales.

El evento, presentado como una "gran inauguración", no fue más que el relanzamiento de la desgastada campaña electoral del oficialismo, con la pomposa puesta en escena de la reparación de un simple bacheo. Pero el verdadero espectáculo estuvo en la demostración de impunidad que caracteriza al llamado "Modelo Formoseño", con Brignole y su clan familiar ocupando el centro de la escena y recibiendo de manos de sus hijos una Retroexcavadora, supuestamente comprada por el Concejo Deliberante.

Nepotismo sin disimulo

Brignole encabezó el acto junto a su esposa, la diputada provincial Clara Doroñuk, y sus hijos, Fernando y Marcelo Brignole, presidente y vicepresidente del Concejo Deliberante local, respectivamente. También estuvo presente su hija Mariela Brignole, empresaria de la construcción, dueña de maquinaria vial pesada y beneficiaria de contratos municipales. Toda la familia, consolidando el feudo que hace más de un cuarto de siglo controla los recursos públicos de El Colorado.

Una retroexcavadora con sello de corrupción

El momento más escandaloso llegó cuando Brignole recibió de manos de sus hijos una moderna retroexcavadora, supuestamente adquirida por el Concejo Deliberante. La entrega se hizo ante la vergonzosa ausencia de los concejales opositores, quienes no fueron invitados y ni siquiera estaban al tanto de la compra.

Además, estos mismos concejales (Ziesseniz y Monfardini), que habían denunciado graves irregularidades administrativas y actos de corrupción, fueron arbitraria e inconstitucionalmente suspendidos por el oficialismo, en un nuevo atropello institucional.

La suspensión de los ediles radicales Fulvio Monfardini y Emanuel Ziesenis, dejando sin representación a una gran parte del electorado, es una muestra más del despotismo feudal con el que se gobierna en El Colorado, donde la democracia es pisoteada por los mismos que se aferran a sus cargos y la plata de los contribuyentes como si fueran de su propiedad.

Fondos públicos sin control ni transparencia

Otro interrogante que surge es: ¿cómo un Concejo Deliberante puede comprar maquinaria vial y financiar obras públicas? Según la Ley 1028, los concejos deliberantes reciben el 20% de la coparticipación municipal, pero en El Colorado, manejado por los hijos del intendente, el 70% de esos fondos es transferido directamente al Ejecutivo. Así, Brignole dispone de los recursos de manera discrecional, sin rendir cuentas ni someterse a ninguna aprobación.

Esto resulta aún más grave en un contexto donde otros municipios de la provincia no pudieron pagar el bono provincial a sus empleados debido a la falta de fondos. En cambio, en El Colorado, con un manejo opaco de los recursos, el intendente se da el lujo de realizar obras con carteles que dicen "Ejecutado con Fondos del Concejo Deliberante", sin que nadie explique con qué dinero se financian realmente.

Un acto sin pueblo

Más allá de la ostentación y el despilfarro, lo que quedó en evidencia es el creciente descontento social. Pese a los aprietes a empleados municipales y provinciales, y al despliegue del aparato clientelar para movilizar gente, el pueblo pegó el faltazo. En un acto diseñado para fortalecer la imagen de Insfrán y Brignole, lo único que brilló por su ausencia fue el respaldo ciudadano.

La alarmante falta de convocatoria, sumada a la apatía de los seguidores locales, expone el desgaste de un modelo que hace agua por todos lados. Mientras los funcionarios provinciales, intendentes y punteros políticos asistían con puntualidad y obediencia militante, la gente dejó en claro que no está dispuesta a seguir aplaudiendo los mismos vicios de siempre.

El Colorado se ha convertido en la capital del nepotismo, la corrupción y la impunidad, pero la indiferencia del pueblo es una señal inequívoca de que el fin del reinado del clan Brignole está cada vez más cerca.