Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.prensalibreformosa.com/a/37970
Luis Bedoya

La Fiesta de la Corvina: un evento al servicio del culto a la personalidad de Insfrán

Desde hace más de una década, el experto en turismo Luis Bedoya ha denunciado la evidente manipulación política de la Fiesta Nacional de la Corvina, un evento que, en lugar de honrar a los pescadores y promover el turismo en Formosa, se ha convertido en un escenario de propaganda oficialista. Sus críticas, que en su momento generaron cuestionamientos y resistencia, hoy resuenan con más fuerza que nunca tras el fracaso organizativo de la última edición.

Bedoya ha señalado reiteradamente la desproporción del presupuesto asignado a esta fiesta en comparación con eventos de prestigio internacional, como la Fiesta Nacional del Surubí en Goya, el torneo de pesca en agua dulce más grande del mundo. Mientras que la Fiesta del Surubí se centra en los verdaderos protagonistas —los pescadores—, la de la Corvina ha sido utilizada como un vehículo de autopromoción gubernamental, donde la imagen del gobernador Gildo Insfrán y sus funcionarios opacan a quienes deberían ser los protagonistas.

El experto en turismo también advirtió sobre la constante falta de infraestructura y apoyo a los artistas y ganadores del evento, una carencia que, a pesar de los años, nunca se corrigió. "Tuvieron una década para mejorarla y hacerla crecer en beneficio de todos, pero solo les preocupó rendir pleitesía al amo y señor", sentenció Bedoya.

De Fiesta del Torneo Nacional a mero Operativo "Por Nuestra Gente Todo"

Este año, la realidad golpeó con crudeza: lo que debía ser una competencia de pesca de relevancia internacional terminó convertido en un operativo más del programa "Por Nuestra Gente Todo", con funcionarios más preocupados en hacer campaña que en garantizar un evento digno para la comunidad pesquera.

Bedoya sostiene que la solución es sencilla: quitarle la carga política al evento, involucrar a gente idónea y dar participación al sector privado. "El fanatismo político es totalmente innecesario en una fiesta donde el protagonismo debe recaer en los pescadores, no en los funcionarios de turno", afirmó.

El fracaso de la última edición deja en evidencia que la Fiesta de la Corvina nunca fue pensada para el desarrollo turístico ni para posicionar a Formosa como un destino atractivo. Fue, desde su origen, un acto político disfrazado de torneo de pesca, financiado con fondos públicos que podrían haber tenido un destino más legítimo.

Hoy, con la fiesta sumida en el desprestigio, la pregunta que queda es si alguna vez el gobierno provincial tendrá la voluntad de transformarla en lo que siempre debió ser: una verdadera celebración para los pescadores y para el pueblo formoseño.