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Viernes 18 de Abril, 2025
 
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Coqui Zarza y su amenaza mafiosa contra Jorge Jofré: el sindicalista gildista busca desestabilizar la Municipalidad

En una muestra de las prácticas mafiosas que han caracterizado al aparato oficialista en Formosa, el referente del devaluado gremio municipal SITRAMF, Jorge "Coqui" Zarza, lanzó una grave amenaza contra la gestión del intendente Jorge Jofré. El sindicalista, con un largo historial de denuncias por violencia de género, anunció una escalada de conflicto gremial que, según sus propias palabras, "ni Jofré ni sus funcionarios podrán detener".

Gravísima amenaza contra Jorge Jofré: el sindicalista ultra Gildista Jorge "Coqui" Zarza y su maniobra destituyente

Este ataque desmedido se produjo después de que el Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de Formosa mantuviera una importante y productiva reunión con los miembros de la Comisión Directiva del Sindicato Único de Trabajadores Municipales de Formosa (SUTRAMUF), gremio que hoy nuclea a la mayoría de los ex afiliados del SITRAMF, debilitando la ya derruida estructura de Zarza.

Como respuesta, el gremialista corrió a reunirse con el jefe de Gabinete de Gildo Insfrán, Antonio "Pomelo" Ferreira, donde no solo reafirmó su lealtad absoluta al "Modelo Formoseño", sino que también salió a despotricar contra la gestión municipal de Jofré, acusándolo de "corrupto".

Un pasado de violencia y extorsión

Jorge "Coqui" Zarza, quien en su momento se enemistó con la gestión de Jofré tras la eliminación de un "sueldo fantasma" que percibía su hijo -condenado y preso por femicidio-, busca ahora reflotar su poder gremial a base de amenazas y operaciones políticas sucias.

Su nuevo ataque no es más que una repetición de lo ocurrido en 2003, cuando, siguiendo órdenes del Gildismo, Zarza protagonizó un feroz paro que paralizó la Municipalidad conducida por Gabriél Hernández, impidiendo el cobro de tasas y la prestación de servicios, dejando a los vecinos como rehenes de su tenebrosa maniobra.

Aquella vez, el entonces intendente radical Gabriel Hernández, acosado por la asfixia financiera y la violencia sindical, tuvo que recurrir a fondos nacionales para pagar sueldos y evitar el caos total. Finalmente, en un proceso express, terminó siendo el único funcionario de Formosa condenado e inhabilitado para ejercer cargos públicos, un castigo político ejecutado por haberle ganado las elecciones a Insfrán.

Mientras tanto, Zarza pasó de ser un piquetero con una motito destartalada a un multimillonario con un enriquecimiento injustificable, premiado con una diputación provincial y el control de SITRAMF.

Un ataque con apoyo oficial

El nuevo embate contra Jofré no es una acción aislada. Se trata de una maniobra política avalada por el poder provincial, que no tolera ningún gesto de independencia dentro del justicialismo formoseño. La gestión de Jofré, al abrir diálogo con otros sectores gremiales, desató la furia de un sindicalismo obsoleto, corrupto y servil al oficialismo.

El futuro inmediato podría derivar en un nuevo intento de desestabilización, como ya sucedió en el pasado. La historia se repite: cuando el Gildismo ve amenazado su control absoluto, no duda en usar a sus operadores para sembrar caos y disciplinar a quienes osen desmarcarse de su lógica de sometimiento.

La ciudadanía de Formosa debe estar atenta a estos movimientos, porque lo que está en juego no es solo la gestión de Jofré, sino el futuro de una provincia que necesita salir del yugo de los aprietes y de la impunidad de una mafia enquistada en el poder.