Graves Irregularidades en el Tribunal de Familia de Formosa: Un sistema que genera dolor y angustia
La administración de justicia en el Tribunal de Familia de la provincia de Formosa enfrenta serias denuncias de irregularidades que afectan profundamente a las familias involucradas en conflictos judiciales.

Día a día, ciudadanos y profesionales del derecho expresan su preocupación por las decisiones adoptadas por los magistrados, quienes, lejos de garantizar una justicia equitativa y efectiva, estarían sumidos en prácticas que generan incertidumbre, impotencia y dolor en cientos de hogares.
Entre las principales denuncias, se encuentra la preocupante demora en la resolución de causas. Numerosos expedientes quedan relegados al olvido sin justificación alguna, lo que priva a las partes involucradas de una respuesta oportuna y efectiva. Esta inacción, en un ámbito tan sensible como el de las relaciones interpersonales, puede agravar aún más los conflictos en lugar de resolverlos.
Otro aspecto alarmante es la falta de escucha a los menores involucrados en los procesos. A pesar de la importancia de su testimonio en casos de disputas familiares, las voces de los niños y adolescentes suelen ser ignoradas por los jueces, quienes toman decisiones sin considerar su bienestar emocional ni sus derechos fundamentales.
Además, existe una facilidad preocupante con la que se dictan medidas restrictivas, como órdenes de restricción perimetral, sin una evaluación exhaustiva de la situación. En muchos casos, se emiten sin escuchar a especialistas ni realizar pericias adecuadas, lo que genera situaciones de injusticia que pueden afectar gravemente la dinámica familiar y la estabilidad emocional de los involucrados.
Las críticas también se dirigen hacia la falta de formación especializada y el desmanejo por parte de los funcionarios encargados de administrar justicia en cuestiones tan delicadas.
La ausencia de criterios uniformes y el uso discrecional de las herramientas judiciales han convertido al Tribunal de Familia en un espacio donde la inseguridad jurídica es una constante.
Frente a este panorama, urge una reforma estructural que garantice una justicia más transparente, eficiente y humanizada. La capacitación de jueces y funcionarios, la implementación de mecanismos de control y auditoría, y la inclusión de equipos interdisciplinarios para el tratamiento de los casos podrían ser pasos fundamentales para revertir esta preocupante realidad.
El Tribunal de Familia de Formosa debe recordar que su labor no solo impacta en los expedientes que manejan, sino en la vida real de cientos de personas que depositan su confianza en el sistema judicial esperando respuestas justas y equitativas.
Es momento de que la administración de justicia asuma su rol con responsabilidad y compromiso para poner fin a las injusticias que hoy tanto afectan a la sociedad formoseña.