Gravísima denuncia del Dr. Maximiliano Ledezma: "El intendente vino con un cinto a pegarme y la Policía no me dejó denunciar"
El escándalo en Ibarreta que el Gobierno intentó tapar estalló con fuerza esta semana, cuando el médico cirujano y ex director del Hospital local, Dr. Maximiliano Ledezma, rompió el silencio y denunció públicamente haber sido víctima de una agresión física y verbal por parte del intendente Adán Jarzynski y su esposa, Rosalia Duarte, mientras realizaba una jornada solidaria de atención médica gratuita en el marco del programa "El Hospital en tu Barrio". La Policía no me dejó hacer la denuncia. "Hago responsable si me llega a pasar algo al Intedente y a su señora".

"Gracias a Dios había muchos testigos, incluso tres pacientes de la localidad de Güemes que presenciaron todo el acto de maldad, todo este acto de salvajismo", relató Ledezma, quien asegura que el propio jefe comunal intentó agredirlo con un cinto, por la espalda, y tuvo que ser contenido por empleados municipales. A los insultos de grueso calibre, se sumó la vergonzosa respuesta institucional: la Policía de Formosa se negó a tomarle la denuncia, pese a la presencia de los testigos.
¿Por qué en Formosa no se puede ni siquiera denunciar a un intendente del "modelo formoseño"?
"No me dejaron hacer la denuncia. Hice una exposición, pero no es lo mismo", señaló el cirujano, quien además fue desplazado de su cargo como director del Hospital de Ibarreta. "El viernes me comunicaron desde el Ministerio que era removido del cargo. Me trasladan a Las Lomitas. Ya se firmó la resolución, la acepté, pero no me voy a ir de Ibarreta. No voy a dejar mi casa, y hago responsable al intendente y a su esposa si me llega a pasar algo", advirtió.
Lejos de investigar la denuncia o sancionar a los responsables de la agresión, la respuesta del gobierno provincial fue castigar al médico agredido, premiar a los violentos y reforzar una lógica de impunidad que pone en jaque no solo la institucionalidad, sino también la salud pública.
"Lamentablemente, el pueblo de Ibarreta se queda sin cirujano. En un año hice 460 cirugías. Dejo una agenda de operaciones programadas para abril que no voy a poder cumplir", lamentó Ledezma.
El caso abre una pregunta urgente y profunda: ¿por qué en Formosa no se puede ni siquiera denunciar a un intendente del "modelo formoseño"? ¿Cómo puede ser que la Policía impida radicar una denuncia cuando hay testigos? ¿Qué mensaje se le da a los profesionales que eligen quedarse en el interior para trabajar por su gente?
Lejos de amedrentarse, el Dr. Ledezma anunció que seguirá cumpliendo funciones en Las Lomitas, aunque aclaró que no abandonará su residencia en Ibarreta. "Viajaré 200 kilómetros por día, todos los días. No busco generar conflictos, pero tampoco me voy a ir porque no les gusta mi forma de trabajar o mi cara. Tengo a mi novia con 7 meses de embarazo y no puedo andar mudándome por caprichos políticos", sostuvo.
La advertencia final no deja lugar a dudas: "Espero una respuesta del intendente de por qué vino con un cinto a pegarme. Lo hago responsable a él y a su esposa si me llega a ocurrir algo".
Mientras tanto, en Ibarreta, la salud pública vuelve a ser la gran perjudicada. Y en Formosa, la sombra del autoritarismo vuelve a mostrar su rostro más violento.