"Lemos repite el guion de Insfrán y culpa a las víctimas: otra provocación a los pueblos originarios"
En un nuevo intento por distorsionar la realidad y encubrir la brutal represión sufrida por las comunidades originarias y criollas de Campo del Cielo, el intendente de Laguna Blanca, Ricardo Lemos, lanzó una serie de declaraciones falaces, ofensivas y peligrosamente irresponsables que no hacen más que reforzar el blindaje político y mediático en torno al accionar violento de la Policía provincial en el Bañado La Estrella.

Ataque a los originarios y defensa del gatillo fácil: el lamentable papel de Ricardo Lemos
Desde su despacho en el pueblo natal de Gildo Insfrán, Lemos no dudó para contestar las acusaciones de Atilio Basualdo, replicando el discurso delirante del ministro Jorge Abel González, adjudicando la violencia a una supuesta instigación del intendente de Las Lomitas, Atilio Basualdo, y al "discurso de odio" del presidente Javier Milei. En su alocución, llegó incluso al absurdo de afirmar que "Basualdo es Milei", como si eso bastara para anular cualquier argumento, cualquier verdad o cualquier reclamo legítimo que emane desde la región oeste.
Mientras el cacique Delfín sangraba, Lemos culpaba a Milei: el relato más perverso del modelo formoseño
En ningún momento de su intervención, Lemos se refirió al origen del conflicto: la sistemática desatención del Gobierno a los pedidos de apertura de las compuertas del Bañado, las inundaciones que arrasan comunidades enteras, ni a la orden de reprimir que, según testimonios, partió directamente del despacho del jefe de Gabinete Antonio Ferreira. Tampoco dedicó una sola palabra al episodio más conmocionante de la represión: el ataque brutal al anciano cacique Delfín García, que fue literalmente acribillado con balas de goma mientras intentaba dialogar.
Delirante y servil: Lemos acusa a Basualdo para tapar la represión salvaje del gobierno
En lugar de eso, eligió vilipendiar a Basualdo y "solidarizarse con las fuerzas de seguridad", a pesar de las imágenes que muestran a mujeres artesanas cubriendo con sus cuerpos al cacique herido, mientras los jóvenes del pueblo, desarmados, se defendían a ladrillazos del asedio policial.
Resulta insultante que Lemos, al igual que González, hable de "unidad y progreso", mientras las fuerzas de seguridad actúan como tropa de choque contra los más vulnerables. Resulta cínico que, en nombre del "Modelo Formoseño", se silencie a balazos a las comunidades que más sufren sus consecuencias.
El pueblo de Formosa no necesita más relato. Necesita respuestas
Necesita justicia para Delfín García, para los heridos, para los detenidos, y para cada familia que aún hoy vive con el agua al cuello. Y necesita, sobre todo, funcionarios que escuchen, no que repitan el libreto del quinto piso como autómatas obedientes. Porque mientras se aplauden entre ellos, el Bañado La estrella, sangra.