Alucín y el Superior Tribunal de Justicia: 30 años de "dificultades interpretativas" para garantizarle impunidad a Gildo Insfrán
El insólito STJ de Formosa: 30 años sin "entender" las denuncias ni los reclamos contra el poder. Y 40 años sin dejar prosperar una sola causa: ningún funcionario de Gildo Insfrán fue procesado, investigado o condenado. Guillermo Alucín, devenido en vocero judicial del modelo formoseño, descalifica las presentaciones para evitar que la Justicia toque al Gobernador.

El presidente del Superior Tribunal de Justicia de Formosa, Guillermo Horacio Alucín, volvió a ponerse al frente de una jugada política para proteger al gobernador Gildo Insfrán. Esta vez, lo hizo en una nota publicada en la prensa oficialista, bajo el título provocador: "Confusa, inconsistente e imprecisa presentación de la diputada Villaggi a la Justicia", en clara alusión a la acción judicial iniciada por una legisladora de la oposición.
Alucín aseguró que la presentación judicial era tan "confusa" que los jueces del STJ "no lograron interpretar la acción ni la medida cautelar que pretende", y que por ello "ni siquiera pudieron dictar el correspondiente proveído para comenzar a dar trámite" al expediente. El máximo tribunal pidió a la legisladora que aclare el contenido de su escrito, porque "se torna dificultoso asignar el trámite correspondiente".
En Formosa, el STJ no interpreta el derecho, interpreta los deseos del poder. Por eso, los escritos opositores siempre son "confusos", y los del oficialismo se entienden aunque estén llenos de mentiras. El problema no es la redacción, el problema es el régimen.
¿Confusa para quién? No es la primera vez que el STJ manifiesta tener serias "dificultades interpretativas" cuando las acciones legales provienen de legisladores opositores o ciudadanos críticos al régimen provincial. Lo que sí resulta cada vez más claro es la alineación partidaria del Tribunal, integrado por personajes que tienen más historia en la militancia justicialista que en la defensa del derecho: exministros de Gildo Insfrán, exapoderados del PJ y hasta exfuncionarios de la era kirchnerista. Ni hablar del propio Alucín, convertido en vocero judicial de los caprichos del gobernador, y de la esposa de Marcos Bruno Quintero, que ascendió a jueza del STJ tras garantizar impunidad en escándalos como el de la narco camioneta de Blanca Denis y Edgar Pérez.
La supuesta imposibilidad de interpretar escritos opositores se repite como muletilla para evitar pronunciarse en causas que puedan rozar al poder político. El antecedente más grosero es el del concejal Pablo López Pereyra, de El Colorado, quien debió asumir su banca un año y medio tarde por una maniobra avalada con su dilación en resolver por el propio STJ.
También se recuerda el papelón institucional del Tribunal al negarse a intervenir ante un empate técnico en el Concejo Deliberante de la ciudad de Formosa, conflicto que por Constitución debía resolver, pero que el Tribunal dejó sin resolver y con costas para los concejales opositores que presentaron la acción.
En 40 años, el STJ nunca dictó una sentencia adversa a ningún funcionario del gobierno de Gildo Insfrán. Ni una sola
Todas las denuncias por corrupción, enriquecimiento ilícito, abuso de poder o asociación ilícita fueron sistemáticamente rechazadas o cajoneadas. Y no solo eso: ni siquiera prosperan los mandamus, los pedidos de informes, las personerías jurídicas, ni ninguna acción judicial contra el Estado. Todo necesita el visto bueno del Poder Ejecutivo.
Tal es el nivel de servilismo judicial que muchas de las causas que el STJ consideró "improcedentes" hoy avanzan en tribunales federales fuera de Formosa, o en Comodoro Py.
El caso más contundente es el de la acción de inconstitucionalidad contra la reelección indefinida de Insfrán, presentada por Villaggi y Montoya, que fue rechazada en Formosa por supuesta "falta de claridad" y que hoy tramita en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con serias posibilidades de terminar con el reinado eterno del caudillo formoseño.
En el fondo, no se trata de problemas de interpretación jurídica, sino de obediencia política
En Formosa, el STJ no interpreta el derecho, interpreta los deseos del poder. Por eso, los escritos opositores siempre son "confusos", y los del oficialismo se entienden aunque estén llenos de mentiras. El problema no es la redacción, el problema es el régimen.