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Gerontocracia

La foto del PJ formoseño: más geriátrico que futuro

Con la intención de mostrar unidad y rumbo de cara al proceso electoral en marcha, el gobernador Gildo Insfrán encabezó este lunes una reunión de la Mesa Ejecutiva del Partido Justicialista y sus aliados. Sin embargo, lejos de transmitir renovación o proyección hacia el futuro, la imagen que dejó el encuentro fue la de un esquema político envejecido, encapsulado en el pasado.

La postal más elocuente fue la de la propia mesa que presidió el acto: seis dirigentes rodeando a Insfrán, todos mayores de 75 años, algunos superando ampliamente los 80. La suma de las edades de los principales referentes allí sentados supera los 400 años de historia política acumulada. Un cuadro que contrasta violentamente con el viejo eslogan de campaña que el oficialismo aún insiste en repetir: "Lo mejor está por venir" .

"Más años en el poder que esperanza en las calles"

Más parecido a una escena de un geriátrico que a un acto de renovación partidaria, el encuentro dejó en evidencia una verdad incómoda: los mismos de siempre, hace más de cuatro décadas, prometen cambios que nunca llegan, y siguen siendo protagonistas de un modelo político que apuesta más a la eternización en el poder que a la evolución democrática.

La formalidad del acto tuvo como objetivo abordar el siguiente orden del día:

Decidir la participación del Partido Justicialista en las elecciones legislativas provinciales,

Autorizar a Insfrán y sus apoderados a sellar alianzas bajo el sublema "Frente de la Victoria",

Ratificar la plataforma electoral,

Delegar en los apoderados la realización de todos los trámites necesarios para la participación en los comicios.

Durante el encuentro, los discursos reiteraron las viejas fórmulas del justicialismo provincial: "estar siempre al lado del pueblo formoseño", "construir Todos Unidos la provincia que queremos" y otros lemas que, a fuerza de repetirse, ya resultan ajenos a la realidad de una dirigencia que parece ajena a los tiempos que corren.

La foto que hoy recorre las redes no puede ser ocultada por ninguna declaración grandilocuente: la "renovación" prometida no existe. Insfrán y su mesa de aliados representan el pasado que se resiste a soltar el poder, con un liderazgo que envejeció en sus cargos y que hoy, a fuerza de gerontocracia, pretende seguir administrando el futuro de generaciones que no tienen voz ni espacio real en la conducción.

Renovar no es repetir, menos atornillarse. El verdadero desafío que sigue sin enfrentar el oficialismo formoseño es abrir las puertas al presente. Y al futuro .